Una lesión muy habitual en el deporte es la ruptura parcial o total de los ligamentos, que se conoce como un esguince. Un ligamento es una banda de tejido que conecta un hueso con otro. Este tipo de lesiones producen cambios en la estructura y fisiología del ligamento, alterando la función y la movilidad de la articulación, como ocurre en los tobillos o en las rodillas, esguinces muy comunes entre deportistas amateur y profesionales.
Si el ligamento se rompe de forma completa o parcialmente, los afectados sienten un dolor muy intenso y punzante. El dolor aparece de forma muy repentina, con un intenso pico de dolor agudo. En la articulación afectada aparece inflamación al cabo de pocos minutos. Notaremos una pérdida amplia de la movilidad de la articulación y una sensación de inestabilidad, que nos impedirá tal vez mover el lugar de la lesión, denominada impotencia funcional.
Una de las lesiones más conocida es el esguince del ligamento lateral interno de la rodilla, situaciones donde la rodilla se desplaza hacia el exterior, hace una especie de chasquido, siendo uno de los síntomas más inminentes la inflamación y el dolor leve a severo. Las roturas de primer grado o leves, el dolor es puntual y la rodilla no presenta ninguna inestabilidad ni derrame, e incluirán una recuperación 1 o 2 semanas de reposo. Las de segundo grado, implicarán entre 4 a 6 semanas, y en algunos casos será necesaria la valoración de la fisioterapia, dado que el dolor, la inflamación y los posibles derrames son más graves.
Por supuesto, sea cual sea la rotura, este tiempo depende de varios factores, tales como el género, la edad, el tamaño, la carga aplicada, las señales hormonales, los neuropéptidos y el grado de la lesión. Pero en cualquier de los casos siempre es recomendable acudir a un centro profesional de medicina deportiva para confirmar el diagnóstico, determinar causas y prescribir el tratamiento adecuado. Es por ello que ante cualquier duda puede ponerse en contacto con nuestro equipo para que podamos asesorarle personalmente.